Postura de la cobra
Desde la postura de Advasana a partir de la fuerza de mis brazos y tronco me proyecto hacia lo alto, como un ser terrenal que busca elevarse. Mis bases están en contacto con el suelo, el pecho se hincha, la garganta se abre y miro hacia el cielo. Me despego del suelo y busco elevarme.
Si hay un movimiento esencial, es el que ha hecho del hombre un ser vertical, de estabilidad voluntaria, un ser cuyos impulsos de ideal, cuyas plegarias, cuyos sentimientos más elevados y puros suben como un incienso hacia los cielos.
Al igual que el dragón, la serpiente simboliza la “materia prima”a transformar, y como animal de sangre fría y primitivo representa lo inconciente instintivo que ha de ser espiritualizado y ennoblecido mediante un lento proceso evolutivo. En la alquimia es la sustancia a transformar y así también el recipiente en el que tiene lugar el proceso de transformación. La serpiente es un símbolo femenino, devorador, asociado a la noche, la oscuridad, el seno materno y las aguas. Una suerte de “útero gigante”, el útero de la Gran Madre del mundo, que devora y vuelve a dar a luz, poseyendo de este modo un doble aspecto aniquilador y otorgador de vida.
En diversas mitologías las serpientes aparecen casi siempre como animales acompañantes o como atributos de las grandes diosas madres relacionadas con la tierra.
En las comunidades agrícolas también pueden representar la fertilidad. Y su cambio de piel, la renovación e incluso la eterna juventud.
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Asanas y Pranayamas