La medicina naturista

Por Dra. Ana María Soerensen
El origen de la medicina naturista se remonta a la época de las cavernas. La primera vez que un hombre primitivo se lastimó o fracturó, y otro hombre le procuró alivio inmovilizando su pierna, de algún modo nacía la traumatología y la ortopedia. O cuando el primer lactante cavernícola lloraba y su mamá con arrullos le calmaba, nacía la psicoterapia. Es decir, el primer acto de amor al prójimo sufriente en procura de su sanación, significó el nacimiento de la M. Naturista. Y se fue desarrollando. En el antiguo Egipto, se cubrían las heridas, úlceras y procesos sépticos con barro del Nilo. Hoy se sabe que en ese barro se desarrolla el Streptomices, excelente productor de antibióticos.Esto nos muestra cómo la ciencia, en su incesante avance, ratifica lo que el puro empirismo enseñó durante siglos. En la actualidad, y a pesar del extraordinario desarrollo de la industria farmacéutica (que ha logrado sintetizar más de 30.000 fármacos), hay un interés creciente en todo el mundo por tratar de aprovechar las propiedades curativas de aguas termales, hierbas medicinales, fangoterapia y múltiples otros recursos sanadores. Lo único que señalamos es la necesidad de que este enfoque holístico sea practicado por profesionales médicos.
Desde el naturismo se considera a la persona humana integrada por tres planos:
1. Plano espiritual: La vida es un profundo misterio. Nuestra existencia, nuestro origen, nuestro destino final, están enmarcados en una gran incógnita. A medida que las investigaciones científicas van desgranando los eslabones y leyes biológicas hasta llegar a desentrañar los constituyentes del genoma humano, no disminuye la dimensión mistérica sino que la ahonda. La perfección de la obra creada, tanto el micro como el macro cosmos, es de tal índole que deja absolutamente perplejo a todo investigador conciente.
Los valores que nos introducen en el plano espiritual son fundamentalmente el AMOR, la LIBERTAD y la AUTOCONCIENCIA. El ser humano frente a las preguntas esenciales de su vida, eleva su vista en busca de respuestas de lo Alto (antropos deriva de iatrein que quiere decir: "mirar hacia arriba"). Y el amor es la energía que promueve la superación de nuestros defectos, bajos instintos o perversiones.
El hombre necesita ser contenido, ser sostenido por los bienes que derivan del plano espiritual. Todos nos podemos sentir hermanos cuando reconocemos la existencia de un padre común, y la caridad nos impulsa a hacer el bien y procurar la verdad y la belleza. Si en cambio ignoramos ese plano espiritual y no ponemos énfasis en la necesidad de actuar con amor frente al paciente, estamos perdiendo el "hilo de oro" de toda actividad sanadora.
2. Plano Psíquico:
Hipócrates y la medicina de siempre, ha considerado la influencia que los problemas psicológicos proyectan sobre el cuerpo. Jaspers en su Psicopatología general lo ha integrado a la medicina moderna y Von Weisaecker, le da la pincelada final al impulsar el desarrollo de la medicina psicosomática. En la actualidad la psico-neuro-inmuno-endocrinologia, ha revelado la interdependencia absoluta de los procesos inmunológicos y endocrinos en relación con la corteza cerebral y la circunvolución límbica, hipotálamo e hipófisis.
3. Plano Físico:
En la Biosfera en que estamos inmersos interactuamos con una serie de agentes físicos, telúricos y ambientales de diversa índole. Este plano está estrictamente regido por leyes que determinan el comportamiento de las diversas especies. Los animales por ejemplo, pueden ser carnívoros, herbívoros, o bien omnívoros. Tanto la alimentación como los diversos hábitos de vida (ciclos circadianos u otros) están reglados de tal modo que el ajustarse a ellos determina un equilibrio que se traduce en lo que llamamos EUBIOSIS o sea el estado de salud. El contravenir estas leyes, genera trastornos, a veces graves, que conducen a una DISBIOSIS o sea una enfermedad. El típico ejemplo: las vacas locas sometidas a una alimentación antinatural para su especie (harina de pescado y hueso molido en vez de pasto).
El hombre no escapa a estas reglas. "Somos lo que comemos", se ha dicho con verdad. En otras épocas la alimentación era bastante sencilla y acorde con el hábitat de cada grupo étnico. En la actualidad la industria de la alimentación ha trastocado tanto lo que ingerimos que resulta verdaderamente milagroso que hayamos podido sobrevivir hasta ahora a los 3000 productos químicos usados en esta industria; pero la proliferación de enfermedades alérgicas, de trastornos degenerativos y perturbaciones psicológicas son fiel reflejo de los efectos dañinos de los hábitos alimentarios vigentes.
El tabaco, el alcohol, las drogas, las bebidas gaseosas y el contacto con agentes cancerígenos (PCV) y la polución ambiental urbana son otros tantos factores de daño de las vías respiratorias, digestivas y del sistema inmunológico.
Aunque quizás lo más grave deriva del estrés que el ritmo de vida en las sociedades industriales impone dado el alto nivel competitivo que se exige a los trabajadores.
Todo tratamiento naturista procura:
Prescribir un régimen alimenticio acorde con las necesidades del paciente. Solemos recomendar "ab initio" un régimen ovo-vegetariano hasta lograr la depuración del organismo. Luego reingresamos las proteínas de origen animal (carnes rojas o blancas) en forma moderada, con prescindencia de lacticinios a los cuales consideramos no adecuados para la alimentación humana.
Reordenar los hábitos de vida del paciente suprimiendo el tabaco, las drogas, el exceso de alcohol y todo otro modo de vida antinatural.
Exaltar la "fuerza vital" a través de cualquiera de los métodos terapéuticos conocidos.
Procurar minimizar el estrés que afecta la totalidad del organismo a través de consejos de vida y recursos fitoterapicos, vitamínicos, terapias florales, etc.
Lograr el equilibrio en el orden psíquico, tarea que demanda un conocimiento profundo de la situación socio familiar, afectiva, sentimental y económica de nuestro paciente a través del dialogo que mantenemos en cada consulta.
Atender y resolver la problemática espiritual en la medida en que esta a nuestro alcance a través de lecturas adecuadas, conexión con grupos psicoterapéuticos, círculos parroquiales, consejo de sacerdotes, técnicas de meditación, etc.

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